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 A 42 años del Histórico Cordobazo, Violencia es Mentir te trae dos  miradas sobre este relevante hecho y sus protagonistas. El  Documental TOSCO: Grito de Piedra de Adrian Jaime  y una discusión increíblemente estúpida y estéril que se dió en la Legislatura de Córdoba sobre Agustín Tosco escrita por Osvaldo Bayer y publicada en el mes de febrero en Pagina 12.

Quienes respetamos la memoria de «El Gringo Tosco» y la de muchos Compañeros apaleados, encarcelados y muertos por las dictaduras sucesivas del país sentimos verguenza ajena por estos «Representantes del Pueblo» que no hacen mas que demostrar su falta de seriedad y de desconocimiento de las personas que hicieron de Córdoba un bastión de la Resistencia en epocas duras de nuestra historia.

 

Por Osvaldo Bayer

 Ya es la cuarta nota sobre el tema. ¿De qué se trata? ¿De una comedia de enredos, de una demostración de quién tiene la sartén por el mango, de una guerra no declarada de intereses políticos? Le pregunté su opinión a un amigo alemán, que vive en Bonn y que luego de una visita de tres semanas a la Argentina se ha especializado en lunfardo porteño, quien –luego de explicarle el caso– me respondió sin pestañear: “Es una piolada porteña llevada a cabo en Córdoba”.

Bien, pasemos al caso. En la Legislatura cordobesa se presenta de pronto el diputado Passerini y propone que se trate “sobre tablas”, es decir, ya mismo, el cambio de nombre de la Avenida de Circunvalación de la ciudad de Córdoba, que pasaría de llamarse “Agustín Tosco” a “General Bustos”. Se aprueba sin discusión con el voto en contra de tres legisladores. No se dice por qué ese otro nombre. Se cambia y ya está. Como si fuese una orden cuartelera. A pesar de que el nombre de la avenida Tosco había sido aprobado por unanimidad por los representantes legales de la ciudad de Córdoba. Ante la protesta de las bases trabajadoras y principalmente ante la reacción justa de los hijos de Tosco, Malvina y Héctor Agustín, que recurrieron ante la Justicia, se produjo la resolución de ésta que en pocas horas estableció la disposición cautelar de no innovar y respetar el nombre de Tosco hasta tanto se conozca el juicio del Tribunal.

Pero ahora viene el segundo acto, ocurrido hace pocos días. El diputado Passerini propuso a la Legislatura cordobesa que se ponga el nombre de Agustín Tosco a otra avenida, la que va de Córdoba a Salsipuedes (nombre este último que parece hasta elegido para el caso). El debate que se produjo es para que quede en la historia. Los oficialistas no tuvieron ningún inconveniente en aprobar esa especie de pretexto para no reconocer que se equivocaron. Trataban de quedar bien dando ese nombre a otro lugar, sin volver atrás con la medida de quitar el nombre de Tosco a la Avenida de Circunvalación.

Se originó así un debate histórico. Salieron a relucir los verdaderos pensamientos. Hubo tres posiciones: los que siguieron la línea de Passerini de dar el nombre de Tosco a una nueva vía de tránsito, pero no dar el brazo a torcer con respecto a la Avenida de Circunvalación; luego, los que señalaron que les parecía bien el nombre de Tosco a la avenida a Salsipuedes, pero que se dejara también a Tosco en la ciudad de Córdoba. Es decir, se mostraron generosos para, así, quedar bien con todos. Y el tercer grupo que defendió con argumentos indiscutibles que se dejara el nombre a la Avenida de Circunvalación y que se acabara esa discusión inútil. La legisladora Coria, en ese sentido, citó las tres notas que publicamos en Página/12 y recalcó que lo principal era que la bancada oficialista aclarara por qué quitó el nombre de Tosco a una avenida que ya llevaba cuatro años con ese nombre. Que nada se explicaba con proponer su nombre para otra calle sino que tuvieran el coraje civil de dar la razón de esa medida tomada sin ninguna base racional, ya que a Tosco no se le podía achacar ninguna traición, ni a la sociedad, ni a la democracia.

En un momento muy lúcido del debate, la diputada Silvia Rivero –que se manifestó partidaria de que las dos avenidas lleven el nombre de Tosco– añadió a su propuesta: “A mí, por ejemplo, me encantaría que en la ciudad de Córdoba la avenida Julio A. Roca se llamara Agustín Tosco”. De haberse enterado, Agustín hubiera sonreído agradecido.

Realmente el tema se prestaba para llegar a un hondo debate histórico que tuviera como base la palabra “Etica” en nuestra Historia.

Quien tuvo en ese sentido un gesto de honradez fue el diputado Maiocco, que reconoció haber votado la anulación del nombre de Tosco de la Avenida de Circunvalación. Dijo textualmente: “Voy a hacer un mea culpa de lo que pasó cuando se cambió el nombre de la Avenida de Circunvalación. Hay temas a los que uno por ahí no los toma con la profundidad que tienen que tener y creo que muchos votamos en consecuencia”. Y propuso la solución: “El problema es que hay una medida cautelar de la Justicia de no innovar. Entonces este apuro es inexplicable; es debido a que quieren salvar el error que cometimos –me incluyo– cuando se cambió el nombre de Tosco por General Bustos. Se quiere salvar ese error haciendo una repetición de nombre. Vamos a tener una superposición; cuando hablen de la avenida Agustín Tosco, no vamos a saber si se refieren al tramo de la Circunvalación o a la ruta a Salsipuedes. Entonces no entiendo el apuro, podríamos esperar la resolución de la Justicia y, por lo tanto, no voy a apoyar este proyecto”. Es decir, el de la nueva calle Tosco para “solucionar” la increíble anulación de la avenida Tosco.

El legislador Ruiz también tuvo palabras justas y honestas. Dijo: “Lo que está en discusión es el sentido de la patrimonialización del patrimonio público. Lo que es darle un significado. Tiene mucho más sentido que la Avenida de Circunvalación siga llamándose Tosco porque precisamente él representó la lucha de los trabajadores de las fábricas; y la Avenida de Circunvalación, de alguna manera, representa y simboliza la unión de las fábricas con la ciudad de Córdoba, simboliza el vínculo para el desplazamiento y la comunicación de los trabajadores con sus viviendas, sus familias, y ése es el sentido que tuvo llamarla así. En cambio, ¿qué tiene que ver Tosco con Salsipuedes? Poner el nombre al patrimonio público no es capricho, no es un acto de soberbia, no es una ocurrencia, no es un acto autoritario. El nombre de los espacios públicos tiene que ser sometido a consulta popular para que la gente atribuya el sentido del patrimonio público, y no un acto por decreto ni por una ley de setenta legisladores”.

La diputada Dressino, por su parte, sostuvo: “No es la Legislatura, con un acto formal, la que va a mantener vivo el recuerdo de Tosco en la vida de los cordobeses. Agustín Tosco tiene ganado el corazón de los cordobeses por su trayectoria, por su honestidad y su lucha. Para quienes no lo conocieron –porque son jóvenes–, cuando vean las imágenes de la historia, los momentos de viejas luchas, seguramente retendrán en sus retinas la imagen de Agustín Tosco”. Por eso pidió que el proyecto no se aprobara y que volviera a comisión.

El diputado Jiménez, por su parte, dijo con firmeza: “Insistimos en que la Avenida de Circunvalación siga llevando el nombre de Agustín Tosco. Si esto no es así, la memoria de Córdoba va a guardar, en sus más profundas entrañas, una inexplicable torpeza, una inimaginable injusticia de la que no queremos ser parte”. Pero la mayoría votó lo de Salsipuedes. Todo, pues, queda ahora en manos de la Justicia.

Pero, como vemos, las reacciones justas han surgido ya en pleno cuerpo representativo. Nos imaginamos que estas opiniones serán respaldadas por las organizaciones obreras –tal como lo está haciendo Luz y Fuerza– y por actos vecinales en los cuales se muestre el film Tosco, de Adrián Jaime. Una verdadera joya del séptimo arte y de la verdad histórica.

Sé que por ahí algunos sostienen que en el mundo hay problemas mucho más graves que el nombre de una calle. Sí, por supuesto. Pero la dignidad también pasa por ahí. La ética de un pueblo tiene que ver también con sus verdaderos héroes populares, los que dieron su vida con su ejemplo para una auténtica democracia, que no es otra cosa que una sociedad en igualdad.

Lo acabamos de ver en Alemania, donde me encuentro actualmente, un país que se precia de ser una verdadera democracia. El gobierno –dada la inflación, poca pero constante– tuvo que ceder en dar un aumento a la ayuda de los desocupados. Y pasó algo increíble: el oficialismo (demócratas cristianos y liberales) propuso un aumento de cinco euros por mes. Sí, cinco euros por mes. La oposición –la socialdemocracia– propuso en cambio once euros. Que también es nada, de acuerdo con los precios. Se originó una discusión increíble, fue el tema de todos los días de los noticieros. Al final se llegó, por este año, a un aumento de sólo cinco euros por mes y, a partir del año próximo, de tres euros más. La ayuda, llamada “Hartz IV”, es de 347 euros por mes. Nada. Para propinas. Para un régimen de alimentación de sólo pan y agua. En los mismos días de la discusión, los medios publicaron lo que ganan los ejecutivos de las grandes empresas bancarias. Por ejemplo, el presidente del Banco Federal Alemán gana 380 mil euros por año y el presidente del Banco Central Europeo, 350 mil. Pero quien bate todos los records es Josef Ackermann, presidente del Deutsche Bank, quien en 2007 ganó 14 millones de euros.

Pensar que el pensador Eliseo Reclus sostenía que la verdadera democracia se ve en la igualdad.

Justamente eso me preguntó el amigo alemán que estudió lunfardo en Buenos Aires: “¿Qué te pareció el aumento de cinco euros para los desocupados?” Lo miré y le dije: “Es una piolada porteña llevada a cabo en Alemania”.

TOSCO: Grito de Piedra (un film de Adrián Jaime)

Biografía de Agustín Tosco

Agustín Tosco (1930 – 1975) es elegido secretario general del Sindicato de Luz y Fuerza Córdoba en 1957 cuando apenas contaba con 27 años. Tuvo una actuación relevante en la revuelta popular denominada El Cordobazo, tras el cual fue detenido en la cárcel de Rawson hasta diciembre de 1969. Tras la segunda revuelta llamada El Viborazo (15 de marzo de 1971) vuelve a ser detenido permaneciendo preso en Devoto y Rawson desde abril de 1971 hasta setiembre de 1972. Durante la intervención del Brigadier Lacabanne en la provincia de Córdoba, la Empresa Provincial de Energía de Córdoba es intervenida y Agustín Tosco cesanteado. Hay contra él una orden de captura y amenazas por parte de la banda terrorista TRIPLE A.
Pasa a la clandestinidad, enferma y fallece el 5 de noviembre de 1975 a la edad de 45 años.

Biografía del Realizador del Film

Adrián Jaime (1971) Licenciado en Cine y TV en la Escuela de Artes de la Universidad Nacional de Córdoba. Desde 1995 produce y dirige largometrajes, documentales, animaciones cinematográficas y programas para televisión en Argentina de manera independiente. Los proyectos abordan diversas temáticas siempre vinculadas a la promoción de los Derechos Humanos. La mayor parte de los trabajos que ha realizado en los últimos años se desarrollaron sobre los derechos de la mujer, la libertad sindical y la búsqueda de la identidad.

Fuente:
toscodocumental.blogspot.com/​

         CORDOBAZO        
   La Rebelión Popular  
   

    Ahora una crónica de lo que, increíblemente, sucedió en un estudio de televisión de Argentina en 1973; allí podemos leer el pensamiento vivo de dos personas con claras diferencias ideológicas,  Agustín Tosco, uno de los héroes del Cordobazo y José Ignacio Rucci.

    Aunque extensa, la lectura del texto nos lleva a ubicarnos en la Argentina de 1973 y así, para aquellos que no vivieron esa época convulsionada, entender un poco más los históricos sucesos de 1969 y lo que vino después. Solo resta agregar de mi parte la sorpresa que me lleve al ver el nivel de la discusión y la diferencia de aquellos periodistas, que repreguntan, que escuchan y que saben de qué están hablando los entrevistados, a los que tenemos que padecer ahora. V.J.B.

        

         FRENTE A FRENTE

        AGUSTIN TOSCO Y JOSE RUCCI EN “LAS DOS CAMPANAS”

16 de Febrero de 1973

Revista “Así”

       Durante dos horas, José Rucci y Agustín Tosco se enfrentaron por primera vez, cara a cara, para debatir sus posiciones en el movimiento obrero argentino, cosa que habían hecho por medio de solicitadas y declaraciones. Ambos expresaron los puntos de vista de dos tendencias, cuyas bases de sustentación son las 62 Organizaciones y el Movimiento Nacional Intersindical. A continuación, el texto íntegro del programa que el martes 13, en “Las dos campanas”, televisó el Canal 11.
Conti, Rodolfo Pandolfi, Silvia Odoriz, Horacio Salas y Pablo Giusiani, son los colegas periodistas que nos acompañan en el programa.
Sofovich: Antes de entrar de lleno en el debate quiero rendir un homenaje a la coherencia de los dos entrevistados. Tanto el señor José Rucci como el señor Agustín Tosco, no perdieron la oportunidad de aceptar públicamente este desafío de enfrentarse, dialogando uno con el otro, y eso no se da en la vida pública Argentina muy  a menudo. 
               Conti: Rucci, las diferencias que tiene con Tosco ¿son un problema de tipo ideológico, de tipo personal, o ambas cosas a la vez?
Rucci: Quiero aclarar que cuando se trata de debatir los grandes problemas del movimiento obrero, de ninguna manera deben privar los problemas de tipo personal. Quiero decir que este aspecto queda perfectamente aclarado. La diferencia está en la forma de encarar el movimiento obrero en su conducción orgánica. Yo sostengo que el movimiento obrero sindicalmente organizado se encuentra en la Central Obrera y que las delegaciones regionales de todo el país deben a la Central Obrera todas aquellas exigencias que le imponen los estatutos. En consecuencia, creo que el compañero Tosco no está dentro de estos requisitos que, por supuesto, no son míos sino de los congresos nacionales de la entidad madre, es decir, la CGT.
P.: Señor Tosco, ¿qué puede decir al respecto?
Tosco: Nosotros conceptuamos al movimiento obrero como una práctica eminentemente democrática, como una democracia que surge de las bases. Sostenemos que todo compañero que es representante de una organización obrera debe mirar más hacia las bases que hacia la cúspide. Más hacia el contenido de lo que reclaman los trabajadores, los sectores populares, que a las formalidades. Por otra parte, hemos dejado bien en claro, siempre, que la CGT de Córdoba, está dentro de la CGT nacional. No pretendemos ni como CGT de Córdoba, ni como Movimiento Nacional Intersindical, ni como Sindicato de Luz y Fuerza, constituir un ente paralelo a la CGT. Lo que sí reivindicamos es nuestro derecho a la crítica, nuestro derecho a ir contra el burocratismo, nuestro derecho a que surja desde las bases, ya sea desde la Capital Federal o desde el interior el mandato a que nosotros nos debemos. Si los trabajadores de Córdoba luchan, si los compañeros por los problemas que padecen exigen plenarios de gremios confederados, nosotros, ¿qué decidimos? pues ir a la lucha y realizar los plenarios confederados, todo por la defensa de la clase trabajadora. Y eso es lo principal, y no estar al margen de la Central Obrera, sino tener una Central Obrera similar a la CGT de Córdoba. Y eso es lo que nos guía a nosotros…
P.: ¿Acaso José Rucci no fue elegido casi por unanimidad en el seno de un Congreso de la CGT?
Tosco: Nosotros hemos cuestionado permanentemente una práctica en las organizaciones sindicales que no permite la expresión auténtica de los trabajadores; hay sobrados ejemplos: uno clásico como es el de la Unión Ferroviaria. De ahí que seguimos insistiendo en que el mandato de las bases no se da en los Congresos de la CGT, sino en las bases mismas que es donde actuamos y donde no hemos observado que la mayoría de los dirigentes que están en la CGT realicen esa práctica.
P.: Rucci, creo que la posición de Tosco es bastante clara.
Rucci: Sí, clara pero no compartida. Porque se supone que cualquier institución de bien público, en este caso la CGT, tiene que regir su cometido a través de cartas orgánicas que son legisladas precisamente por los representantes de los trabajadores. En consecuencia, esa expresión, que puede causar mucho efecto, de consulta a las bases, es una expresión que no cabe dentro de un movimiento sindicalmente organizado porque la CGT tiene Secretario, un Consejo Directivo y un Comité Central Confederal.
P.: Concretamente, ¿usted está contra las bases o no?
Rucci: El Comité Central Confederal es el conducto hacia las bases y, cuando la Central Obrera toma una resolución, no es que la toma Rucci ni el Consejo Directivo, sino que es la resultante de las resoluciones que toma el Comité Central Confederal, integrado por todas las organizaciones sindicales del país.
P.: Sin embargo, el señor Tosco acusa a la CGT de no escuchar las críticas.
Rucci: ¿Y a usted le parece que la CGT no es criticada? La CGT es un organismo que tiene setenta y cinco delegaciones regionales en el interior del país. Desde que yo he sido el Secretario General, he sido el que más ha convocado plenarios de las delegaciones regionales del interior. Jamás el compañero Tosco se hizo presente una sola vez en la CGT para debatir este tipo de problemas con sus pares.
P.: ¿Ustedes lo han invitado?
Rucci: Por supuesto. Todas las regionales deben concurrir a la CGT cuando son convocadas. Yo, honestamente, todavía no he visto al compañero Tosco participar de un debate de los delegados regionales del interior del país frente al Consejo Directivo.
P.: ¿Por qué se abstiene usted de participar en esos debates?
Tosco: Porque nosotros respondemos a las decisiones de las bases y de los cuerpos orgánicos. Los que deciden quiénes deben concurrir al plenario de delegaciones regionales son los compañeros cordobeses y a mí no me han designado hasta el presente, sino que han designado a otros compañeros. Si me designaran vendría.
P.: El señor Rucci señaló recién la verticalidad de la estructura de la CGT, pero la sospecha de que esa verticalidad es burocrática se aumentó en muchos sectores, ante la idea de que las grandes movilizaciones populares, incluyendo los episodios de Córdoba y Mendoza, no surgieron de una decisión orgánica de la CGT ni del movimiento sindical.
Rucci: ¿Me permite que lo corrija? Lo de Mendoza no es exacto porque contó con el aval, el apoyo de la Central Obrera.
P.: Según mi conocimiento es un aval a posteriori, cuando la gente ya estaba en la calle, el Sr. Fiorentini de la CGT de Mendoza, consultó por teléfono.
Rucci: Exacto.
P.: Y el episodio de Córdoba fue previo a una decisión de la CGT. La impresión de mucha gente es que en la CGT no se puede resolver una movilización ni pararla. Entonces surge la pregunta de ¿cuál es la estructura vertical?
Rucci: No es exacto. La CGT en estos momentos está en condiciones de paralizar el país si su estrategia, dentro del concierto político que está viviendo el país, así lo señalara.
P.: ¿En la época de Onganía también estaba en condiciones?
Rucci: En la época de Onganía yo no era el Secretario de la CGT. Era un humilde dirigente de quinta categoría.
P.: Si se obligara a que el FREJULI no se presentara a elecciones, si fuera proscripto, ¿la CGT podría paralizar el país en horas?
Rucci: Si el gobierno adoptara un hecho de esa naturaleza, indudablemente se plantearían en el país situaciones sumamente serias y graves. Y frente a esto yo no creo que ningún argentino puede marginarse de expresarse dentro de los medios que considerare más oportunos.
P.: Y usted, Tosco, ¿qué haría en ese caso?
Tosco: Sería consecuente como siempre, con la lucha de la clase obrera y el pueblo. Siempre, y particularmente desde el 28 de junio de 1966, del golpazo de la dictadura de Onganía, hemos luchado por la libre expresión política de la clase obrera y del pueblo. Nosotros hemos luchado y hemos señalado desde el primer momento que reivindicaremos el derecho político de los argentinos, general y no corporativo y fascista como pretendía Onganía, de expresarse. Nosotros reivindicamos los plenos derechos democráticos en los que están incluidos el general Perón y el FREJULI, y en los que deberían estar incluidos aquellos que también están proscriptos de esta elección tramposa, amañada, fabricada por la dictadura.
P.: ¿Al Partido Comunista se refiere usted?
Tosco: Al Partido Comunista y a todos aquellos argentinos que no estén proscriptos por las leyes y el Estatuto de los Partidos Políticos. Nosotros no hacemos diferencia de ningún tipo.
P.: Y ya que la elección es fraudulenta como ha declarado usted, ¿piensa que hay que ir a la abstención?
Tosco: Hay distintos caminos y nosotros no hacemos de esta elección una cuestión de vida o muerte. Creemos en la lucha del pueblo, que está más allá de un día en que se pone una boleta. Yo no planteo una abstención, incluso he dicho que respeto a todos aquellos que desde dentro del proceso plantean un cambio a fondo, una transformación revolucionaria de este sistema. De allí que de una u otra manera nosotros siempre —tanto como contra los cinco puntos de la cúspide militar como contra la proscripción del FREJULI o la de los compañeros peronistas— hemos de luchar y estamos dispuestos a luchar y vamos a promover la lucha. Esperamos que otros, que en general sostienen esos mismos criterios, también lo lleven a la práctica. Seríamos nada más que consecuentes con nuestra práctica.
P.: Tosco, usted ha formulado declaraciones en las que expresó su apoyo a la fórmula del FREJULI en el ámbito provincial. ¿Cuál es su posición frente a la fórmula del Frente en el ámbito nacional?
Tosco: Nosotros damos nuestra identificación —y la doy personalmente— con la fórmula Obregón Cano-López, porque queremos ser consecuentes con una línea de unidad combativa que ha sido práctica en la CGT, de la cual es secretario general e compañero Atilio López, del peronismo y del sector combativo, como también de otros sectores de izquierda. De ahí que no podríamos reflejar en este proceso electoral otra actitud que nuestra propia práctica, identidad y objetivos sancionados en el Plenario de Gremios Confederados de la CGT de Córdoba. En cuanto al orden nacional no tenemos el mismo concepto por la propia composición del FREJULI, por la presencia de Solano Lima, por lo que significa Frondizi, su Conintes, su entrega del petróleo. Y aún en este momento debatimos con nuestros compañeros cuál ha de ser esa actitud, pero tenga la seguridad de que ella ha de ser consecuente con nuestra trayectoria de unidad combativa, de unidad de todas las fuerzas democráticas, populares, revolucionarias y antiimperialistas de la Argentina.
P.: Yo creo que cabe preguntarle lo mismo a José Rucci, es decir, que haga una definición concreta acerca del Frente.
Rucci: Yo voy a recoger la misma pregunta y si me permite daré la respuesta de un militante peronista y de un trabajador. Nosotros los peronistas apoyamos un programa, al que lo sostiene, el Frente Justicialista de Liberación. Ese es el programa que nace de un movimiento, que es el Movimiento Peronista, y nosotros no podemos admitir como valedero que esa filosofía solamente sea sostenida por determinados candidatos, cualesquiera sean sus matices; tendrán que cumplirlo porque el pueblo así se lo va a exigir. Otro tipo de planteo con respecto al Frente constituiría un factor de perturbación al proceso que va a enfrentar ese sector político.
P.: Rucci, usted ha acusado a Tosco públicamente y en repetidas oportunidades de ser antiperonista. ¿Insiste en esa acusación?
Rucci: Insisto.
P.: ¿Usted Tosco se considera antiperonista?
Tosco: Nosotros creemos que hay sugestivos motivos por los cuales se quiere dividir al país en peronistas y antiperonistas. Con el mismo derecho nosotros señalamos que la división que debe hacerse no es así, sino entre quienes están consecuentemente con la lucha del pueblo y quienes están con la entrega.
P.: Pero eso ya lo dijo Perón…
Tosco:… Yo no soy antiperonista, siento un gran afecto por muchos compañeros peronistas, convivo con ellos y lucho con ellos. Y a su vez en perspectiva pretendo esa unidad combativa con los compañeros peronistas, con las fuerzas de izquierda y revolucionarias. Eso no está aquí, pero sí en la CGT de Córdoba y creemos que en el plano político en general, por eso no nos detenemos en el 11 de marzo, porque la historia está más allá de esa fecha y se construirá con todos los que hemos luchado juntos, peronistas y no peronistas, radicales, marxistas, cristianos, ateos, comunistas, se construirá de esta manera como se está construyendo en Latinoamérica, pero no con alianzas que evidentemente le dan un carácter espurio a ese programa.
P.: Correcto, Tosco, pero usted se escapa un poco. Hace muy poco tiempo dijo: “Si nos proclamamos socialistas no podemos tener un líder como Perón”. Quiere decir que usted está marginado totalmente y al decir que siendo socialista no puede tener un líder como Perón, está del otro lado.
Tosco: Si yo le hablo de que debemos constituir una unidad combativa, la unidad popular, los líderes serán todos aquellos que la…
P.: ¿A usted le gusta la palabra “unidad popular”?
Tosco: A mí me gusta la palabra “unidad popular”.
P.: ¿Al estilo de Chile?
Tosco: Sí, me gusta y apoyo al gobierno de la Unidad Popular que transita hacia el socialismo en la república hermana de Chile. Y a todos los movimientos de liberación latinoamericanos que levantan el socialismo, incluida Cuba.
P.: Y no tiene miedo a cierto tipo de ententes que han hecho durante mucho tiempo los frentes populares, como por ejemplo la Unión Democrática en 1945?
Tosco: Bueno, usted le da ese nombre de “frente popular” a la Unión Democrática no soy yo quien se lo está dando. Por otra parte, la historia está llena, en todos lados, de imperfecciones y el propio pueblo va superando esas imperfecciones y va a construir la unidad popular (se llame así o no se llame así) de nuestro pueblo para liberarnos de la explotación de la oligarquía y de las clases dominantes y del imperialismo. En eso tengo fe, para eso trabajo, con la perspectiva histórica en que está planteada en Argentina y en Latinoamérica.
P.: Señor, hace un momento Rucci dijo que si se llegara a declarar o sacar del ámbito político al FREJULI, se movilizaría la CGT.
Rucci: No dije tal cosa.
P.: Pero dio a entender que se llamaría a la lucha pero mi pregunta va a otra cosa: ¿Por qué si la CGT se declara peronista no se movilizó cuando se lo proscribió a Perón?
Rucci: Es muy difícil poder aceptar para quien no es peronista, la estrategia que tiene el peronismo dentro de los problemas políticos que se debaten en el país. Porque el peronismo no es un partido político, es un movimiento que, como lo dijo el compañero Tosco, tiene un líder, tiene mentalidad revolucionaria y si se encaja como partido político es para enfrentar la batalla dentro de un proceso y asumir el poder. Lo que implica que cuando se entre en este juego, se hace lo que conviene por la sencilla razón de que una actitud emotiva, o una actitud justificada, puede ser el factor o elemento que perturbe esa estrategia y no se logre el objetivo.
P.: ¿Qué es la revolución para usted, Rucci?
Rucci: La revolución es la que se plasmó en 1946 cuando el peronismo, práctica- mente por sus votos, barrió la alianza nefasta de la Unión Democrática.
P.: Pero con eso no la define…
Rucci: Bueno la revolución es. . . Es decir la revolución, mejor dicho una revolución creo que no es ninguna novedad saber lo que es una revolución… Una revolución puede ser cruenta o incruenta. La revolución es provocar el gran cambio que entierre esta estructura que somete a los pueblos; estructuras que someten a los trabajadores y que colocan al país en el terreno de la dependencia. Revolución es liberación, la forma de encarar la revolución, la forma de llevarla y concretarla, eso depende.
P.: Pero si usted dice que la propiedad de los medios de producción debe ser de los particulares, del Estado o del…
Rucci: No. La revolución que sostenemos los peronistas no es la revolución de decir aquello que tenés vos es mío y vos hoy no tenés nada. Es decir, acá, no se trata de apropiar nada. Acá la revolución tiene que tener como objetivo fundamental el respeto a la dignidad humana. Punto segundo: que el capital cumpla una función social y se integre a las necesidades del país.
P.: ¿Usted entiende que en los países socialistas no hay respeto por la dignidad humana?
Rucci: Si usted me dice que Rusia es un país socialista yo le digo que es uno de los pocos países, quizás el único en el mundo, donde el sindicalismo no existe. No hay libertad sindical sino que los dirigentes son funcionarios del gobierno, lo que implica…
P.: Le estoy hablando de Cuba, Rucci.
Rucci: Bueno yo diría que el fenómeno de Cuba es la lógica consecuencia que se plantea en el momento en que vivimos.
P.: ¿Cuál es su posición frente a Fidel Castro, pero concretamente sin tantas palabras?
Rucci: Soy un admirador de la revolución cubana.
P.: ¿Adoptaría ese medio para la Argentina, ese tipo de salida para el país?
Rucci: Yo apoyaría toda revolución destinada a la liberación del pueblo.
P.: Entonces, ¿cómo tendría que ser la liberación del pueblo en un futuro inmediato?
Rucci: La liberación del pueblo en un futuro inmediato se puede dar a través del proceso que el Movimiento Peronista ha optado: las elecciones. Lo que no implica de manera alguna. . . que ese sea el único hecho idóneo para una revolución. Optamos por el camino incruento. Hay un proceso que se gesta en el mundo que nada ni nadie podrá detener.
P.: ¿Todos los sindicalistas optan por ese camino o hay otros que están buscando la conspiración para entenderse con un sector militar?
Rucci: En este aspecto creo que lo fundamental para mí, por lo menos como Secretario General de la CGT, es mantener la vida orgánica, y si algún dirigente ilusoriamente cree que él o algunos más pueden torcer este proceso en el cual está empeñado el movimiento obrero, se equivoca.
P.: ¿Por la vía orgánica de la CGT se puede acceder al poder?
Rucci: Escúcheme. . . yo he sido elegido.
P.: Al poder real del Estado…
Rucci: Nosotros entendemos que el movimiento obrero debe participar en el gobierno.
P.: ¿Pero no se plantea nunca la toma del poder?
Rucci: Escúcheme, permítame: la toma del poder puede ser a través de las elecciones. En 1946 se concretó a través de las elecciones.
P.: Tosco, yo quiero preguntarle ¿por qué cuando estuvo detenido rechazó los pedidos de libertad que se hacían por parte de la CGT? ¿Era porque los hacía Rucci?
Tosco: No. Nosotros no aceptamos el pedido de libertad sino que reclamábamos la libertad (que después la exigió el pueblo por nuestro caso) de todos los compañeros presos, políticos, gremiales y estudiantiles, entre los cuales me encontraba yo. Y porque nosotros, en este momento, no le pedimos a la dictadura la libertad de los presos sino que luchamos. El paro que hemos hecho en la CGT de Córdoba; nuestros pronunciamientos categóricos donde exigimos la libertad de todos los compañeros presos, políticos, gremiales y estudiantiles, son elocuentes.
P.: Pero Rucci, como máximo dirigente de la CGT, tenía la obligación de pedir por su libertad.
Tosco: Yo creo que la obligación que tenía Rucci era la de luchar por nuestra libertad, no la de pedirla. .
P.: ¿Por qué Rucci no luchó por la libertad de Tosco?
Rucci: Yo quiero aclarar que también he sido tirado a las mazmorras de las cárceles, yo también he sido tirado a la bodega de un barco. En aquella oportunidad el compañero Tosco era dirigente y yo no creo que haya hecho nada, tampoco por la libertad de los presos que estábamos en aquella época, en 1955 y 1956.
P.: ¿Qué dice Tosco a eso?
Tosco: Yo tengo el honor de decir que jamás decliné la realización de un paro y siempre —y pongo como testimonio a la clase obrera de Córdoba— estuve adelante, impulsando, promoviendo la lucha por la libertad de los presos. Y en aquel momento evidentemente, estábamos en la lucha y no tal vez con el conocimiento que hoy tiene la gente de nuestra actitud, pero sí permanentemente estuvimos en la lucha.
P.: Es decir, que usted nunca ha claudicado…
Tosco: Yo creo que tengo como el común de la gente errores e imperfecciones. Conscientemente jamás lo haré.
P.: ¿Usted Rucci se siente claudicante?
Rucci: Exactamente lo mismo. Yo nunca he claudicado. No hay razones ni motivos para claudicar. Porque en este momento en que se plantean tantos problemas al país, sería muy cómodo irme de la CGT, pero asumo la responsabilidad y he tenido el gran honor de que los trabajadores me hayan colocado al frente de la CGT. Y ahí voy a estar.
P.: ¿Usted tiene algo que ver con esa famosa frase que se le adjudica de que Tosco es el dirigente de la triste figura? Ocurre que estamos portándonos como chicos buenos de colegio cuando en realidad ustedes se han enfrentado realmente, con unas solicitadas tremendas. Además, usted dijo, Rucci, que en el movimiento peronista había infiltrado asquerosos bolches, aludiendo directamente a Tosco, Guillán y otros dirigentes.
Rucci: No. … No… Yo puedo haber dicho eso, pero de ninguna manera ese tipo de calificativos o agravios pueden haber sido dirigidos a determinadas personas, como el compañero Guillán, porque es peronista. Está dirigido este calificativo a quienes solapadamente se esconden detrás de un bombo o se infiltran en el movimiento peronista, gente que nada tiene que ver con el movimiento obrero. Me parece que he sido claro porque en ningún momento he mencionado nombres, por lo menos con ese tipo de agravios.
P.: ¿Qué es infiltrarse en el movimiento obrero? ¿Es gente que no piensa como usted?
Rucci: No… . De ninguna manera.
P.: ¿Cree que se da en el movimiento obrero la división peronista y antiperonista?
Rucci: No. El compañero Tosco ha dicho una cosa con la que yo estoy completa- mente de acuerdo: “El peronismo no es sectario”. Incluso el Partido Comunista en la época de Perón tenía personería jurídica y votaba.
P.: Si es así, ¿por qué usted los trata como asquerosos bolches?
Rucci: Porque todo aquel que atenta contra la unidad orgánica del movimiento obrero que no es un invento de Rucci, ni un invento de Tosco, sino un invento de los trabajadores, a través de sus cuerpos orgánicos que se han organizado y tienen una central obrera. De este modo quienes atenten contra esa unidad con slogan que nada tienen que ver con los trabajadores, son infiltrados.
P.: Usted, Tosco, ¿cree que atenta contra la unidad del movimiento obrero?
Tosco: ¿Cómo? ¿De qué forma atento?
P.: ¿Usted acata la autoridad de Rucci?
Tosco: Como directivos de la CGT nosotros acatamos resoluciones de los cuerpos orgánicos. Y cuando estamos en la lucha siempre hemos cumplido. La CGT de Córdoba jamás dejó de cumplir un paro.
P.: Usted no me contesta la pregunta.
Tosco: Es que Rucci no es el dueño de la CGT. No hay máxima autoridad para nosotros. Sólo hay cuerpos orgánicos democráticamente constituidos y todas las resoluciones se dan en ese carácter que es lo único que respetamos. Córdoba jamás ha dejado de cumplir un paro, ha hecho muchos más paros que la CGT. Porque la CGT nacional se ha limitado a una serie de paros, y nosotros creemos que se puede ir mucho más allá, como lo hemos probado.
P.: Tosco, ¿me permite? Nosotros creemos que Córdoba es un caso atípico dentro del movimiento obrero del país. Con todo es posible que para la unidad del movimiento obrero, con una sutura de las 62 Organizaciones, se consiga una unidad que englobe a no peronistas como usted y peronistas como Rucci. ¿Puede funcionar en la práctica?
Tosco: Córdoba no es una isla, ni está fuera del país ni del mundo. Nosotros creemos que con buena voluntad, con comprensión, con espíritu de lucha, se puede llegar a una unidad. Córdoba no es una isla y el Cordobazo al contrario, expresa la avanzada de las luchas obreras y populares argentinas que luego se dieron en Tucumán, Rosario, Malargüe, Trelew, etc., es porque tiene ese papel, y detrás de esto —no con un sentido de subordinación sino como expresión de un proceso histórico— se va dando la lucha de todo el movimiento obrero y se va a dar en el orden nacional.
P.: Para usted, Rucci ¿la CGT de Córdoba es una isla dentro del movimiento obrero?
Rucci: Yo no diría eso. Yo quiero hacer notar que la CGT de Córdoba tiene una característica muy particular. Yo soy un ferviente defensor del movimiento obrero sindicalmente organizado, del debido respeto a los cuerpos orgánicos que han elegido los congresos. He dicho hace un rato que hay setenta y pico de delegaciones regionales en todo el país. Todas, absolutamente todas, cumplen y consultan a la Central Obrera para tomar cualquier determinación. La única CGT y los únicos dirigentes que no han consultado jamás para tornar actitudes son los de la CGT de Córdoba. Si lo hubieran hecho como lo hizo el compañero Fiorentino de Mendoza, que consultó, y la CGT de inmediato se puso del lado de los trabajadores de Mendoza e intervino en el conflicto e hizo todo el aporte necesario para. . .
P.: ¿A usted le parece que era necesario que consultara cuando la gente ya estaba en la calle?
Rucci: ¿Cómo cuando la gente estaba en la calle? Sí, la gente de Mendoza estaba en la calle, pero el compañero Fiorentino, inmediatamente se comunicó con la Central Obrera, para decir la actitud de la gente, y. . .
P.: ¿Para pedir permiso?
P.: ¿No será que la CGT de Córdoba es rebelde? ¿No tendrá motivos?
Rucci: Yo no diría que es rebelde. Yo más bien diría, como lo señala el compañero Tosco, que su forma de conducir al movimiento no es la misma que nosotros queremos imponer a las otras delegaciones del interior del país.
P.: Entonces diremos que la CGT de Córdoba, no será una isla, pero es una CGT con personalidad propia.
Rucci: A pesar de que se dice lo contrario, cuando se habla de unidad, no se concibe dos centrales obreras, y nadie puede admitirlo aunque los hechos y la forma como se lleva a cabo ciertas actitudes están demostrando que realmente quieren dos centrales obreras.
P.: En cierto modo, ¿no es una acusación un poco corporativista?
Rucci: No es una acusación corporativista. Es el resultado de normas que fueron legisladas por los congresos nacionales de la Confederación General del Trabajo. En el supuesto caso de que no sean útiles, será un congreso el que reformará, pero hasta el momento, ese es el estatuto de la central obrera y como dirigentes disciplinados a ese estatuto nos debemos ajustar.
P.: Esa rebeldía que se advierte en la CGT de Córdoba, en relación a la Central Obrera, ¿a qué se debe fundamentalmente, a la directiva de Rucci o a un problema del Consejo Directivo?
Tosco: A que la CGT de Córdoba interpreta el mandato de las bases. A que la CGT de Córdoba está ligada a las aspiraciones de los trabajadores. Quieren luchar, y la CGT de Córdoba lleva a la práctica esa lucha, cosa que no hace la CGT nacional.
P.: Perdón, aquí Rucci quiere aclarar.
Rucci: La Central Obrera cumple estrictamente con el mandato de los trabajadores. Acá nadie puede sentirse, menos en el caso de dirigentes como el compañero Tosco, dirigente auténtico, que responde a las bases, porque el Comité Central Confederal es el genuino cuerpo que está ligado a las bases integrado por los secretarios generales de todo el país, incluso por el secretario general de Luz y Fuerza, que es el compañero Félix Pérez.
P.: Rucci: ¿Cuál es su posición respecto a la situación de una fábrica automotriz de Córdoba, en la que los trabajadores mayoritariamente se pronunciaron por su afiliación a SMATA y que por una resolución ministerial tuvieron que incorporarse a la Unión Obrera Metalúrgica? ¿Usted apoya a los trabajadores en su pronunciamiento mayoritario a SMATA o apoya su incorporación a la UOM por resolución oficial?
Rucci: Yo le voy a aclarar, porque no es fácil que diga que estoy con la UOM porque yo soy metalúrgico. No quiero entrar en esos términos a la cuestión. Nosotros sostenemos que el sindicalismo debe instrumentarse representando la actividad del trabajador. La actividad de los compañeros de Fiat, como de cualquier actividad parecida en el mundo es metalúrgica. Porque el tornero que trabaja en cualquier fábrica es siempre tornero, ya que la actividad es metalúrgica. El encuadramiento sindical no debe estar basado en la política ni en los dirigentes, sino en la actividad específica que desarrolla cada trabajador.
P.: … ¿Pero, y la voluntad del trabajador?    (Continua en el Siguiente enlace)